Ring Road Islandia: el Círculo Dorado

Nuestro viaje por Islandia continua. Tras conocer Reikiavik, la capital islandesa, que ha superado con creces nuestras expectativas, en esta nueva etapa comenzaremos a conocer los grandes atractivos naturales de Islandia. Vamos a recorrer lo que se conoce como el Círculo Dorado. Para quienes no tienen tiempo de seguir la ruta de la Ring Road completa, es una opción mucho más recomendable, ya que se puede salir desde Reikiavik y completarla en poco tiempo, pasando por lugares increíbles como los acantilados de Thingvellir, que resultará familiar a los fans de Juego de Tronos; el área de Geyseres del valle de Haukadalur y el famoso Strokkur, entre otros. Es una ruta tan imprescindible y solicitada por los visitantes, que hay varias agencias que organizan tours; aunque no hay grandes complicaciones para recorrerla por libre.

 

Thingvellir

Siguiendo la carretera 36, a unos 45 kilómetros de la capital, encontramos Thingvellir, una de las visitas obligadas en el país. Desde 1928, este valle y su entorno natural excepcional, que comprende 237 kilómetros a la redonda, es una zona reservada como Parque Natural y, desde 2004, también engrosa la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO. La naturaleza y la geografía del lugar son impactantes, pero su historia también ayuda a que los viajeros más curiosos se acerquen a la zona; y es que es en este lugar, allá por el año 930, cuando los vikingos fundaron lo que se ha considerado el primer parlamento democrático del mundo.

Como decíamos, su historia es de lo más curiosa, pero las vistas no se quedan atrás. Hay que recordar que Islandia es un país en el que chocan varias placas tectónicas; y es justo en esta localización donde colisionan las placas euroasiática y norteamericana, que generan una de las fallas más importantes del país, conocida como el Cañón Almannagjá. Son estas condiciones geográficas las que han creado los preciosos paisajes que vemos a nuestro alrededor, como la cascada Öxarárfoss, que aparece ante nosotros por sorpresa.

Encontramos en el parque otros dos cañones, en este caso llenos de agua: Flosagjá y Peningagjá. Este segundo es más conocido como el Cañón de los Peniques, porque hay quien cree que si tiras una moneda y pides un deseo, este se cumplirá. Nosotros nos hemos ahorrado la superstición, en beneficio de la naturaleza.

El Valle de Haukadalur

Nuestra siguiente parada en el camino se encuentra entre Thingvellir y Gullfoss. En esta parte de la ruta, todos los lugares de interés están bastante cerca. El Valle de Haukadalur es famoso por sus géiseres; un atractivo natural que solo se puede disfrutar en puntos muy concretos del mundo y que cuenta con unas 6.000 muestras en este paraje islandés. A pesar de que más de la mitad de los géiseres del mundo se encuentran en el Parque de Yellowstone, en norteamérica, es aquí mismo donde se haya Geysir, el géiser que dio nombre a todos los del planeta, ya que fue el primero que se encontró.

Además de Geyser, en el valle podemos disfrutar también de Strokkur, el que es hoy en día el más famoso de la zona, por ser el más activo. Cada quince minutos, emite una columna de agua y vapor ardiente que encanta a los visitantes y que nosotros también disfrutamos. Puede llegar a alcanzar hasta 20 metros de altura, aunque va variando, ya que los géiseres evolucionan con el tiempo, debido a la presión y los movimientos de las placas.

En este mismo enclave, se puede disfrutar también de pozas termales, que vienen de maravilla para entrar en calor y coger fuerzas entre paradas. No son tan conocidas como Blue Lagoon -que ya os adelantamos que la visitaremos como último lugar de la Ring Road-, pero también son un lugar precioso e impactante como primera toma de contacto.  

Gullfoss

A solo 14 kilómetros de Haukadalur, llegamos a uno de los símbolos más representativos de Islandia: Gullfoss, la gran cascada doble. Su espectacularidad es indescriptible. Donde las placas tectónicas se encuentran y rompen el paisaje, el agua del ríos Hvita ha sabido encontrar su camino y crear esta maravilla natural que conquista a todos los viajeros que se mueven hasta Islandia.

Cuando llegamos a las inmediaciones, resulta de lo más curioso el efecto que produce el terreno, ya que oculta el río, por lo que nos encontramos directamente con la gran cascada y da la sensación de que el cauce se ha sumergido en las profundidades de la tierra.  

Durante mucho tiempo, en Islandia se meditó la posibilidad de aprovechar la fuerza del agua que cae de Gullfoss para generar energía eléctrica. Tras muchos debates y también después de caer en la cuenta de que serían necesarias varias centrales hidroeléctricas, que modificarían el paisaje por completo, rechazaron la idea. En cuanto hemos puesto un pie en este lugar, no hemos podido evitar pensar en la suerte que hemos tenido todos los viajeros y amantes de la naturaleza con esta decisión.

Kerid

En esta última parada por el Círculo Dorado, confirmamos que Islandia es un caja de sorpresas en lo que a paisajes se refiere. Kerid es un cráter de volcán que la naturaleza ha reinventado convirtiéndolo en un precioso lago redondo de agua azul turquesa, gracias a los minerales que se encuentran en el terreno. Con unos cuatro metros de profundidad, lo que más llama la atención es el contraste entre el azul de agua y los tonos rojizos de las rocas volcánicas que forman la caldera. 

El Círculo Dorado se puede completar en una jornada, ya que en todo su recorrido se completan unos 300 kilómetros; y también se le puede dedicar más tiempo. Nosotros hemos optado por empezar y terminar la ruta el mismo día, porque nuestro camino continúa alrededor de toda Islandia. ¿Continuáis el viaje con nosotros? ?

 

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