Tour gastronómico por Valparaiso: mariscos frescos con vistas al mar

Por muchos años, Valparaíso capturó el corazón de los marinos en esos tiempos de apogeo en que este puerto era escala obligada para todos los barcos que iban del Atlántico al Pacífico por el Estrecho de Magallanes. Hoy, esta bohemia ciudad sigue seduciendo los corazones y estómagos de sus visitantes internacionales con mariscos frescos, vistas exquisitas de la bahía y porciones de historia a la orden del Chef.

Primera parada: el Mercado Cardonal – original edificio de dos pisos construido en 1907 y que, tras salir casi indemne de sucesivos terremotos, sigue ofreciendo a la comunidad verduras, frutas y pescados frescos en el amplio primer piso. Si subes a explorar el piso superior, encontrarás un animado y luminoso espacio repleto de pequeños comedores con mesitas de manteles coloridos y sillas de plástico. La comida es barata, abundante y fresca. Revisa las pizarras que cuelgan de los muros de cada cocinería y siéntate a la mesa que más te agrade. Prueba… la paila marina, un guiso de diversos mariscos que incluye choros, almejas, langostinos y, a veces, congrio. El almuerzo del día cuesta entre 3 y 6 Euros.
Segunda parada: herencia gastronómica de Valparaíso – A medida que avanzas hacia el centro de la ciudad, te puedes ir imaginando el centro como era hace cientos de años atrás, poblado de ruidosos bares llenos de marineros con botellas de contrabando escondidas bajo la ropa. La ciudad ha cambiado mucho desde entonces, pero el espíritu bohemio del puerto parece seguir vivo en las calles del Cerro Concepción, uno de los sectores más pintoresco de Valparaíso. En este cerro hay sitios históricos como los bares Cinzano, La Playa y La Proa al Cañaveral en los cuales resucita cada noche la época dorada de Valparaíso con decoración de época, servicio a la antigua y la sensación de que la historia emerge de objetos que parecen haber estado ahí desde siempre. Prueba… la chorrillana, un clásico de Valparaíso. Un plato desbordante que habitualmente se pide por cabeza -chorillana para dos, tres o cuatro- y contiene papas fritas, huevos fritos además de cebolla y carne frita. Un buen schop (jarro de cerveza) te ayudará con la digestión si es que llegas a comerte todo… Una chorrillana con su respectivo schop puede costarte entre 4 y 8 Euros por persona.

Tercera parada: disfrutando con excelente vista – Valparaíso le ha ganado una que otra página de fama a la glamorosa ciudad jardín de Viña del Mar (su vecina) en lo que respecta a restaurantes finos para paladares sofisticados. El restaurante Pasta e Vino se instaló en Valparaíso hace cinco años, transformando una casona de la calle Templeman, en pleno Cerro Concepción, en una referencia obligada de la buena mesa porteña, al punto que ya ha sido nominado como mejor restaurante de la ciudad. Por su parte, varios de los hoteles boutique emplazados en los cerros del puerto también ofrecen cenas cinco estrellas con una vista maravillosa a la bahía. Un ejemplo a citar es el Hotel Sutherland House, en pleno Cerro Alegre. También te puedes aventurar por el Muelle Prat en «el plan» del puerto y comer en el restaurante Bote Salvavidas donde puedes disfrutar de mariscos o el pescado del día servido en su comedor con vista al mar. Si tienes suerte, podrás ver alguna foca o pingüinos retozando en la marea. Prueba… las machas, o navajuelas, de delicado sabor, gran especialidad nacional chilena. Las machas se sirven habitualmente a la parmesana (gratinadas con queso) o en una sopa liviana que contiene vino blanco y que combina a las mil maravillas con una copa de vino blanco chileno.

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