Ruta Dakar 2018: Uyuni y Tupiza (Bolivia)

Nuestra aventura a través de los paisajes que los aventureros del Dakar disfrutaron durante su ruta en 2018 sigue adelante y nos ha traído en esta nueva etapa hasta Uyuni y Tupiza. Tras cruzar Perú y conocer La Paz, nuestro camino continúa por terreno boliviano y no podemos tener más ganas de arrancar y compartirlo con vosotros.

¿Estamos todos? ¡Nos vamos! 

 

Uyuni

Una de las zonas más curiosas y visitadas de Bolivia. Los desiertos de sal blancos y la lagunas de colores se hacen los grandes protagonistas de esta zona, que también cuenta con otros lugares que estamos deseando conocer. A unos 200 kilómetros de la ciudad de Potosí y a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, nos espera Uyuni.

La atracción por excelencia que podemos encontrar es el Salar de Uyuni; la que posiblemente sea la visita turística que atraiga a más aventureros hasta Bolivia y el salar más grande del mundo. Estábamos deseando conocer esta extensión de más de diez mil kilómetros cuadrados de un blanco impoluto. La vista es, cuanto menos, curiosa. Las montañas volcánicas contrastan con la llanura, que cuenta una increíble variedad de ecosistemas y con más de treinta islas. Las más conocidas son la Isla de Incahuasi y la conocida como ‘la Isla del Pescado’, por su peculiar forma. Aparecen entre el paisaje como un oasis verde, repletas de cactus.

Durante el mes de noviembre, el Salar se convierte en el hogar de tres especies de flamenco y, en los primeros meses del año, su efecto espejo lo convierte en un paisaje digno de admirar. Aunque nosotros nos hemos pillado estos dos fenómenos, igualmente nos hemos quedado enamorados a la par de sorprendidos por tanta belleza. Y cuando parece que no puede ser más bonito y llamativo, cae la noche y los colores del sol se reflejan convirtiendo la gran sábana blanca en una mezcla de rojizos y amarillos que consigue dejarnos sin palabras.

Vista del Salar de Uyuni desde la Isla de Pescado

Continuamos con una visita al volcán Tunupa, ubicado en la zona norte con una altura imponente de más de 5.000 metros, nos ofrece unas vistas sin precedentes del salar. Su nombre procede de un dios andino que era considerado la divinidad de los volcanes y el rayo. Subirlo es una travesía algo exigente de entre cuatro y cinco horas, pero no nos quedan dudas de que merece la pena por sus impresionantes vistas. Como curiosidad, en las faldas del mismo volcán se encuentra una cueva que se ha convertido en el hogar de una familia de momias (sí, sí, de momias). Se calcula que datan del año 1.200 d.C y que se pueden conservar gracias al clima frío y seco de la zona.

Uno de los ejemplares en el Cementerio de trenes

 Nuestra siguiente parada es una de las rarezas encantadoras de Bolivia; y es que nos vamos a visitar un Cementerio de Trenes. A unos tres kilómetros de lo que es hoy una vía férrea, se encuentran decenas de locomotoras y vagones fuera de servicio, que muestran los avances de este transporte en el país. Es una de las atracciones más importantes para los amantes de los trenes.

La Laguna Colorada con sus flamencos

Seguimos nuestra travesía con uno de los lugares más sobrecogedores de Bolivia. Casi parece ciencia ficción. Llegamos a la Laguna Colorada, para enamorarnos del color de su agua y del misticismo que se respira en la zona. Es la laguna más extensa de Uyuni y, sin ninguna duda, una visita obligada si pasáis por la zona. Sus cálidos matices rojos, marrones y naranjas y los flamencos que habitan en ella, y consiguen que el paisaje se torne inolvidable y  que no puedas sacarte de la cabeza este precioso lugar. Nosotros lo recomendamos, la sensación no tiene precio. Como casi siempre, debido a los matices de luz, las mejores horas para disfrutar plenamente de la Laguna Colorada son las primeras y las últimas del día; aunque seguro que os encanta en cualquier momento. 

Ha llegado nuestro momento de tomarnos un descanso y no hemos encontrado mejor parada que las Aguas Termales de Polques. Entre las grandes montañas bolivianas, se encuentra un remanso de paz y relax con forma de termas. Sus aguas, que llegan desde el volcán Polques, contrastan con las temperaturas del paisaje, ya que oscilan entre los 28 y los 30 grados. Un broche de oro para cerrar nuestra etapa en Uyuni y dar paso al último destino en Bolivia: Tupiza.

 

Tupiza

Seguimos nuestra aventura. La mejor manera de llegar a Tupiza desde Uyuni es en tren. Tupiza es la ciudad más antigua fundada por los españoles en sus expediciones a Bolivia. Se encuentra al sur del país y es una zona algo más llana que el resto del territorio, en la que podemos encontrar valles, pero también cañones, que nos recuerdan al sudoeste estadounidense o a algunas de nuestras películas favoritas de vaqueros. Incluso, si nos animamos, podríamos explorar la zona a caballo.

En la ciudad de Tupiza nos encontramos con un ambiente muy distendido, relajado. Caminar por sus calles y recorrer sus rincones nos da una idea de las costumbres del lugar y de la calidez de su gente. Paseando, llegamos a la Plaza de la Independencia, el centro de la ciudad, donde también se encuentran otros edificios como la Catedral o el Mercado Negro o la estatua monumento al mundo, que se representa con un globo terráqueo.

Vista desde el mirador del cerro Corazón de Jesús

 Como ya hemos contado en relatos de viajes anteriores, una de las visitas que más nos gusta en las ciudades es la subida al mirador más alto. Siempre nos regalan panorámicas increíbles de la zona. En este caso, hemos elegido el Mirador del cerro Corazón de Jesús. Como imaginábamos, nuestras pupilas pueden disfrutar de una vista preciosa hasta donde llega el horizonte. Nuestras horas favoritas para este tipo de paseos son las últimas del día, para disfrutar del atardecer cayendo sobre los tejados.

Unos kilómetros a las afueras, encontramos verdaderas maravillas rocosas, que convierten el paisaje en una mezcla muy peculiar de formas y colores. Lo más divertido, y la opción por la que nosotros hemos optado, es hacer la visita a caballo. Zonas como el Cañón del Inca o la Puerta del Diablo se disfrutan mucho más a lomos de un corcel, como verdaderos vaqueros que surcan el desierto; en este caso, boliviano. También se pueden hacer la excursiones en 4×4, para los amantes de las cuatro ruedas -y para meterse más en el ambiente del rally Dakar-; o andando, para quienes no teman al cansancio. 

 

Con estas dos nuevas paradas, hemos terminado nuestra parte del recorrido en Bolivia. Ha sido un país precioso, de contrastes inolvidables y parajes naturales que no olvidaremos. Bolivia nos ha regalado atardeceres increíbles y expediciones únicas. 

¿Te mueres de ganas de conocer este estupendo país? 

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En nuestra próxima etapa por la ruta Dakar 2018, cruzaremos nuestra tercera y última frontera hacia Argentina. El país del tango guarda secretos y lugares que estamos deseando descubrir. ¿Vienes con nosotros? ¡Nos vemos pronto! 

 

 

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