Desierto del Tibesti, un viaje por el culo del mundo. Por Jose Luis Angulo

Mes de octubre de hace algunos años . Desierto del Tibesti. Veintitantos días de viaje. 4.500 kilómetros recorridos. Veinticinco pinchazos, ni uno más ni uno menos. Varias ruedas destrozadas. Algunos momentos de verdadera desesperación. Paisajes únicos. Gigantescas dunas de finísima arena. Noches estrelladas de autentico delirio, Compañeros fantásticos, de esos con los que me iría al fin del mundo sin rechistar. Un viaje irrepetible y por supuesto uno de los más duros y difíciles que he hecho. Por cierto, volvería a Chad sin dudarlo.chad_1

Desde hacia años, para mi que soy un enamorado del desierto, tenia una asignatura pendiente, casi una obsesión, EL TIBESTI. Lamentablemente las interminables guerras habían convertido esta región en uno de los lugares menos recomendables del planeta para realizar un viaje. Pero nada es eterno y desde hacía un tiempo se respiraba por la zona una relativa tranquilidad.

Djamena, la capital del país es poco atractiva y por tanto estuvimos el tiempo justo para revisar el vehículo, colocar los equipajes, comida, combustible y todo lo necesario para lanzarnos a recorrer uno de los lugares más desolados del planeta. Nuestro conductor, Mohamed, era un antiguo militar chadiano que había combatido por estos lugares y que conocía las zonas minadas que todavía quedaban en el norte del país.

A escasos cincuenta kilómetros de la capital paramos en un pozo donde cientos de camellos bebían agua. El preciado liquido era sacado en un odre de piel atado a una cuerda, nada de plásticos ni materiales manufacturados. Sin duda, esta imagen no había cambiado desde hacía cientos de años.

El viaje fue largo y difícil, y aquí apenas tengo espacio para relatar una mínima parte de lo que all paso. Asi que manos a la obra y como si de un álbum fotográfico se tratara voy a contaros alguna de las “mejores fotos “.

Nos cruzarnos con tremendos camiones cargados hasta límites insospechados. Sus conductores se detenían en los lugares más inverosímiles simplemente para preguntarnos si necesitábamos ayuda.

La llegada a Faya, la capital del Sahara chadiano. Nuestro conductor nos llevo a cenar a su casa y bebimos los tres te de rigor tumbados sobre una alfombra. El primero amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte…..al menos así nos lo contaron.

Me tumbe sobre la arena y admire el espectáculo gratuito que suponen las noches estrelladas del desierto.

Escuche el silencio de la noche, que agradable sensación, sentado sobre las dunas. A esas horas, la vida parece detenerse.

Descubrí el Trou de Natron, un paisaje lunar, único y extraño que por si solo justificaría este viaje.

Dormí en Bardai, un pueblo asentado sobre un grandioso palmeral, y sentí que estaba en el último lugar del planeta.

Circule en nuestro 4 x 4 por los laberínticos barrancos y desfiladeros volcánicos de Yebbi Bou en un paisaje que parecía sacado de la película ” La Guerra de las Galaxias”

Pase la noche en Zour, un antiguo fuerte de adobe que utilizo la Legión Extranjera. Antes de dormir imagine las mil y una historias que me podrían contar aquellos muros.

Estos son tan sólo una pequeña pincelada de los buenos momentos que tuve en aquel viaje, los malos, que fueron muchos, ya están olvidados.

Y por ultimo el TIBESTI me enseño una lección que me ha servido de mucho en otros viajes y también en la vida.

A escasos kilómetros de Djamena de nuevo pinchamos. Al bajar del coche nuestros rostros cansados reflejaban la desesperación del momento. “ PATIENCE, PATIENCE “, nos soltó un cercano observador. Al escucharlo no entendí su solidario gesto de resignación y confieso que me enfado bastante su comentario, me parecía insultante y fuera de lugar después de lo que llevábamos en las espaldas.

Con el tiempo comprendí que el desierto nos enseña lo mejor y lo peor de nosotros mismos, nos enfrentamos a pecho descubierto a nuestros egoísmos y también a nuestra generosidad, pero sin duda aquel hombre tenía razón, para viajar por el desierto sobre todo hay que tener una gran dosis de PACIENCIA.

Ver viajes a este destino


0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario